De regreso a la oficina.
Después de haber experimentado el home office, debido a la emergencia sanitaria por COVID 19, hemos aprendido otros procesos de trabajo.
Al mismo tiempo hemos valorado el espacio de trabajo y encuentro que proporciona una oficina. Además, hemos reafirmado que ésta impulsa la innovación y el crecimiento, fomenta la cultura y el sentido de comunidad, al tiempo que proporciona las herramientas y los recursos que las personas necesitan para ser verdaderamente productivas.
Las ventajas de la oficina como espacio físico son muchas, sin embargo, es importante destacar de manera puntual aquellas que, de primera mano, benefician tanto a las personas como a las empresas.
- Crecimiento. Bien dice la frase “después de la tormenta, viene la calma”; y es que luego de una temporada difícil económicamente para las empresas, ante una pandemia mundial, es momento de crecer y esto sólo será posible si tanto personas como empresas toman lo mejor de sí y se adaptan a las adecuaciones físicas que exige la nueva oficina.
- Innovación. Ante esta nueva oficina, será necesario poner en marcha la creatividad para convertir el espacio de trabajo en un lugar adecuado y seguro para la reunión del talento humano.
- Cultura. Los comportamientos colectivos y las normas de una organización, en todas las escalas laborales, crean un espíritu distinto y variado. El encuentro de las personas en los pasillos, las reuniones espontáneas, el intercambio de experiencias no relacionadas directamente con lo laboral, generan una cultura que difícilmente se consigue a través de las pantallas.
- Resiliencia. Esta pandemia mundial nos ha dispuesto a tener un espíritu capaz de recuperarse frente a la adversidad. Por ello, tanto los líderes como el equipo de trabajo deben demostrar flexibilidad y resistencia, a través de espacios renovados, equipados y promoviendo una nueva cultura de cuidado.
- Colaboración. La colaboración presencial otorga muchos beneficios, como el lenguaje corporal, la expresividad, la emotividad, etc., por ello es importante que, en tanto se acaten las medidas de sana distancia, el equipo pueda volver a colaborar en el mismo espacio físico.
- Conexión. Tener un lugar para crear conexiones significativas es más importante que nunca y, durante el aislamiento es lo que más echamos de menos. Por supuesto que, bajo una cultura de cuidado, es posible volver a sentirse conectado con los colegas sin poner en riesgo la salud.
- Agilidad. El espacio físico permite un ecosistema de constante aprendizaje, por lo que los procesos de trabajo suelen ser exitosos cuando el equipo atiende al ritmo rápido.
- Comunicación. Pese a que, en el trabajo remoto, estamos comunicados de manera particular, la comunicación presencial otorga otros beneficios no tangibles que no son posibles a través de la comunicación en línea. Verse a la cara, interpretar la gesticulación o la entonación de las palabras es muy importante.
- Bienestar. Un espacio de trabajo bien cuidado puede generar bienestar. Además, la sensación de «dejar el trabajo en el trabajo» es una forma saludable de crear el equilibrio entre el espacio físico donde se labora y la vida fuera de éste.
- Manejo del cambio. El movimiento constante en un espacio físico nos da la sensación de cambio, de que las cosas pueden fluir y no quedarse permanentemente estáticas, lo que es muy importante para generar un pensamiento propositivo y proactivo.
En Poliarte sabemos que un espacio físico de trabajo no se compone solamente de un sitio y del mobiliario, sino que las personas son quienes aportan el movimiento, el espíritu y, por lo tanto, el sentido a la oficina.
La adaptación es fundamental, por ello, mientras la nueva oficina se prepara para el regreso, nosotros acompañamos su proceso, otorgando la mayor confianza, calidad e innovación con nuestros productos y servicio de diseño personalizado.